Cosas que necesito hacer urgentemente

martes, 7 de agosto de 2012

  • Entender que ese es el tema adecuado. No importa que la idea pueda quemarse o que sea posible que yo no sea tan buena como para llevarlo a buen puerto. Es el tema.
 No hay dudas en mí hoy, pero seguro las habrá mañana. Querida yo del mañana: ¡entiéndelo! ¡es el tema! ¡tú lo sabes! ¡yo lo sé! ¡todos lo sabemos! Es el tema que debes escribir, así que, por favor, deja de dudar y hazlo. Si no resulta, se habrá intentado al menos.
  • Organizar tramas, personajes e ideas principales. Dejar los detalles para otra ocasión.
Tampoco es un trabajo científico. Es esfuerzo y dedicación, pero también creo que hay que dejar espacio para que las tramas crezcan por sí mismas y los personajes se rebelen contra sus cadenas.
  • Ordenar mis horarios para establecer, si no una disciplina, sí algunos márgenes para domesticar mis aficiones.
No sé con exactitud cómo voy a hacer esto, pero imagino que me relegaré a las mañanas durante la semana y durante las tardes durante los fines de semana. Aunque es probable que rompa con todos los esquemas establecidos. Viva yo.
  • Encontrar la música adecuada que no me distraiga hacia nuevos mundos absurdos que, definitivamente, nunca verán la luz, gracias a mi infinita bondad hacia la humanidad.
En especial, música sin letra o cuya letra apenas sea entendible, ya que cada nueva palabra que es procesada por mi cerebro da lugar a infinitas y tontas posibilidades que no solo son inútiles, sino pegajosas y tentadoras de pensar durante horas.
  • Comprar una libreta para no dejar escapar las ideas, post-it para ordenar mis pensamientos y volver a acostumbrar mi mano a tomar un lápiz.
 Es increíble cómo la tecnología me ha consumido por completo. Ahora ni siquiera soy capaz de tomar un ramo de la universidad en donde no permitan llevar el computador ―¡cómo rayos voy a tomar notas!―, lo que es algo insólito. Debo volver a mis raíces, esos días felices en que llenaba cuadernos de tonterías. Por ende, debo proveerme de materiales y volver a domar mis manos.
  • Recordar que, por mucho que te extrañe, Pájaro Burlón, por mucho que te haya decepcionado y que estés sonriendo ante mis vanos intentos por continuar, sigo jugando.
Realmente te extraño. Y sí, acabo de utilizar un adverbio, Stephen King debe estar revolcándose en su habitación de escritor. Pero realmente lo hago. Deberías volver ¿sabes? Solo digo. Sería estupendo. De veras me gustaría que lo hicieras. Pero jugaré mientras pueda. 
  • Cumplir mis metas diarias, aunque el mundo se venga abajo. Okey, okey, si se viene abajo tengo permiso para dejarlo por un día. 
Nunca me ha resultado, pero eso va a cambiar. Seré realista y empezaré por metas risibles, a prueba de novatos ―¡lo soy!― para luego ir aumentando la dificultad y ser una completa maestra.
  • Desconectar Internet al momento de escribir. Por favor, nadie muera, intente suicidarse o me declare amor eterno mientras escribo. 
Será difícil para mí, no tanto por las distracciones y el ocio ―siempre bienvenidos―, sino por las personas con las que de verdad quiero hablar, que pueden estar pasándolo mal o que pueden necesitar de mí. Espero nada malo pase. Qué va, seguro que el mundo sigue girando sin que yo esté vigilando ¿verdad?
  • Experimentar estilos, técnicas, consejos. Después de todo, no será más pérdida de tiempo que lo que hago actualmente.
Nadie se sorprenda si encuentran entradas repetitivas o motivadoras. Esto es un blog personal ¿eh? Sí, es mi carta de presentación y mi mejor red a la hora de pescar lectores, pero ¡vamos! Esto es mío, nadie lee y si alguien lo hace... ¡acostumbraos! Luego seré profesional y todo mejorará, lo prometo ―ja ja ja.
  • ESCRIBIR
Lo más importante ¿no? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Santa Template by María Martínez © 2014